Tener un emprendimiento se ha convertido en una de las metas financieras más comunes en los últimos años, especialmente entre las nuevas generaciones. Quizá estamos cansados de los sistemas anticuados y limitantes, y esa necesidad de hacerlo diferente nos lleva a desear ser nuestro propio jefe. 

En la última década se ha notado el alza de pequeños y medianos emprendimientos que están conquistando los mercados,  lamentablemente así como muchos surgen también muchos fracasan. Y es que sí, el camino al éxito está lleno de miles de retos y decisiones difíciles, para las cuales te debes preparar, para ayudarte a tener un emprendimiento fructífero te compartimos los errores más comunes que los emprendedores principiantes cometen para que los evites y aprendas de ellos. 

La era del emprendimiento 

Aunque tener un negocio propio sigue siendo un proyecto retador y exigente,  vivimos en una era digital en el que el fácil acceso a la información y la difusión de contenido pueden ayudarte a aumentar el porcentaje de probabilidad de éxito de tu negocio. 

Desde pequeños negocios familiares hasta grandes empresas internacionales, los emprendimientos siempre han formado una parte importante de la economía. Lo que destaca en estos momentos es que se ha hecho un proceso más accesible y perseguido por personas de todo tipo de estratos e intereses.

Emprender, por sí mismo, es un proceso que puede representar grandes riesgos y dificultades para los principiantes y empresarios sin experiencia. Así, podemos decir que son muchas las cosas que pueden salir mal, y con las que debemos lidiar para garantizar un emprendimiento exitoso.

Errores que debes evitar en tu emprendimiento 

Hay 5 errores particularmente comunes (y graves) en los que incurren los emprendedores novatos. Estos pueden ser factores determinantes entre el éxito y el fracaso del negocio, por lo que debemos cuidarnos especialmente de no cometerlos. Aquí te contamos cuáles son:

1. Invertir demasiado al inicio 

Cuando pensamos que nuestra idea de negocios tiene el éxito garantizado, solemos invertir demasiado tiempo y recursos en los primeros meses de desarrollo. Esto es algo que puede salir muy mal.

Si invertimos mucho dinero en el emprendimiento en sus etapas tempranas, no nos estaremos dando el tiempo suficiente para saber si es un negocio que logrará prosperar o no. De esta forma, podríamos tener grandes pérdidas económicas, sin ninguna posibilidad de retorno.

Para estos casos, siempre es recomendable hacer inversiones controladas y proporcionales al aumento y crecimiento de las ganancias en el emprendimiento.

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2. No ser objetivo con los clientes 

Normalmente, los primeros clientes o consumidores de los emprendimientos son los amigos y familiares del emprendedor. Lamentablemente, en la mayoría de los casos, las opiniones y consideraciones de estos “clientes” suelen cargarse hacia lo positivo.

Si quieres hacer un estudio de mercado sobre tu producto o servicio, y conocer objetivamente la opinión de los posibles consumidores, lo mejor es no darle demasiado peso a los comentarios de tus seres queridos.

Apóyate en estudios con poblaciones de muestra bien delimitadas y que apunten a tu público objetivo. De esta forma, podrás saber con seguridad si el camino que estás tomando es el correcto y si tendrá buena aceptación entre los consumidores reales.

3. No tener una propuesta de valor 

Si buscas que tu producto o servicio destaque, tiene que tener una propuesta de valor. ¿Qué lo hace diferente? ¿Qué le ofreces a tu público que tu competencia no?

Si tu emprendimiento no tiene una propuesta de valor bien diferenciada, será una empresa más del montón, y difícilmente tendrá el impulso necesario para establecerse en el mercado.

La propuesta de valor puede estar presente en muchos elementos: el producto, la identidad de la marca, la modalidad de venta, experiencia de usuario, etc. Define bien cuál es tu propuesta y será mucho más fácil convertirte en un punto de referencia en tu rubro.

4. No ser flexible con tu idea 

La mayoría de las empresas se encuentran en un constante flujo de cambios y adaptaciones para poder cumplir con los requerimientos de los clientes. Para hacer esto, es necesario comprender que los modelos de negocio deben ser flexibles.

Ser demasiado rígido con tu idea inicial de emprendimiento puede hacer que te cierres a aceptar nuevas oportunidades o visiones de negocio; y esto puede ser un factor directamente relacionado con el fracaso.

Mantente lo más fiel posible a tu idea original, esa que te apasiona y te impulsó a querer emprender. Pero también sé flexible a los cambios del mercado y aprende a adaptarte a las necesidades del público. 

5. Pensar que puedes emprender solo 

Ningún negocio puede ser manejado en su totalidad por una sola persona. Los campos de finanzas, marketing, ventas, atención al cliente, stock, producción, etc; deben ser liderados por expertos en cada una de dichas ramas. 

Los emprendedores siempre quieren mantener una relación cercana con cada uno de los aspectos del negocio, pero es importante aprender a delegar para poder garantizar el éxito.

Todo emprendimiento requiere de un equipo de trabajo en equipo que ayude a lograr las metas. Tener un poco de ayuda extra siempre es algo positivo.

Ciertamente, no hay una receta secreta para el emprendimiento perfecto. El camino se va construyendo poco a poco, con mucho esfuerzo, dedicación y convicción. Sin embargo, hay algunas medidas que podemos tomar para garantizar dirigirnos en la dirección correcta. En este sentido, siempre es bueno tomar en consideración los casos de éxito (y de fracaso) para tener una buena guía en el proceso de emprender.

Sacar adelante un emprendimiento exitoso puede que no sea para todos, pero con las herramientas y ayuda adecuadas, estarás más cerca de lograr tu sueño.